Cae la noche y es tiempo de conectar con Dios
Leamos una porción bíblica y oremos al Señor. Comencemos la oración reconociendo que Dios es grande y amoroso. Continuemos presentando en oración a las personas que amamos, a nuestras amistades y familiares. Después presentemos en oración nuestras propias vidas, rogándole a Dios que nos de lo que nos conviene, no lo que deseamos. Terminemos la oración alabando a Dios, en el nombre de Jesús. AMÉN
#caelanoche #DrPj
Lectura Bíblica: Hebreos 10.1-18
La ley es apenas el contorno de los bienes venideros, y no su imagen real. Por eso jamás podrá hacer perfectos a los que cada año se acercan a Dios para ofrecer los mismos sacrificios.2 Si en realidad pudiera, entonces los que rinden este culto, una vez limpios, dejarían de ofrecerlos, pues ya no tendrían más conciencia de pecado.3 Pero con estos sacrificios, cada año se hace memoria de los pecados,4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.5 Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo:
«No quieres sacrificio y ofrenda,
pero me has dado un cuerpo.
6 No te agradan los holocaustos
ni las expiaciones por el pecado.
7 Entonces dije: “Mi Dios,
aquí estoy para hacer tu voluntad,
como está escrito de mí en el libro.”»
8 Al decir primero: «No quieres ni te agradan sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni expiaciones por el pecado» (cosas que se ofrecen según la ley),9 y luego añadir: «Aquí estoy, para hacer tu voluntad», quita lo primero para establecer esto último.10 Por esa voluntad somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez y para siempre.
11 Todo sacerdote ministra día tras día, y una y otra vez ofrece los mismos sacrificios, los cuales nunca pueden quitar los pecados.12 Pero Cristo, después de ofrecer una sola vez un solo sacrificio por los pecados, para siempre se sentó a la derecha de Dios,13 y de ahí en adelante está en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14 Él, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados.15 De esto nos da testimonio el Espíritu Santo, pues primero dice:
16 «El Señor ha dicho:
Éste es el pacto que haré con ellos
después de aquellos días:
Pondré mis leyes en su corazón,
y las escribiré en su mente.»
17 Y luego añade:
«Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.»
18 Cuando los pecados ya han sido perdonados, no hay más necesidad de presentar ofrendas por el pecado.