Cinco características del Liderazgo Cristiano

Segunda parte de una serie de conferencias y escritos sobre el Liderazgo Pastoral, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Suscríbase a este podcast por medio de iTunes, para dispositivos Apple: https://itunes.apple.com/us/podcast/prediquemos/id1358157330?mt=2

Suscríbase a nuestro canal de YouTube, donde podrá ver y escuchar centenares de sermones y conferencias: https://www.drpablojimenez.tv

Escuche Prediquemos en Spotify: https://open.spotify.com/show/1JqEInrAUgNunx0nfyKc9l

Para comprar los libros del Dr. Jiménez acceda a: https://drpablojimenez.com/libros/

Escuche la primera parte de esta serie:

Fundamentos del Liderazgo
Fundamentos del Liderazgo

Regrese a la página de Liderazgo Pastoral

Liderazgo y Soledad: Siete lecciones para líderes pastorales

Liderazgo y soledad es un ensayo que presenta siete lecciones para líderes y agentes pastorales, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Introducción 

La soledad es una constante en la vida de quienes ocupan posiciones de liderazgo. A pesar de que las personas que ejercen liderazgo viven rodeadas de gente, algunas funciones sólo pueden llevarse a cabo en soledad.

Escuche el podcast basado en este escrito:

Esto se debe a que el liderazgo requiere meditación, análisis y ponderación. Si bien hay tiempos de estar al frente de un grupo, marchando, hablando u orientando, también hay tiempos de estar a solas con Dios y con nuestra conciencia. Ser líder requiere integridad y la integridad requiere auto-examen.

El problema es que la vida no se detiene. En ocasiones, quien es líder necesita retirarse a reflexionar, pero los afanes de la vida le llaman a estar al frente del pueblo y a cumplir con su labor. Cuando eso pasa, los y las líderes se agotan, pierden perspectiva y pierden efectividad.

Jesús en solitario

La Biblia contiene innumerables historias de líderes religiosos que sirvieron a Dios en tiempos de crisis, tanto personales como nacionales. Pudiéramos ilustrar la soledad del liderazgo con episodios de la vida de Moisés, de David, o de Elías, entre muchos otros.

  • Moisés pasó tiempo a solas con Dios, en el Monte Sinaí (Éxodo 24.15-18).
  • David pasó tiempo en el desierto (1 Samuel 23.14).
  • Y el Profeta Elías se refugió en el Monte Horeb (1 Reyes 19.8)

Sin embargo, Jesús de Nazaret es nuestro modelo de liderazgo por excelencia. Por eso, hoy ilustraremos la soledad del liderazgo con un episodio de la vida de Jesús. 

Lucas 9.51 es uno de los textos más importantes del Evangelio según San Lucas: «Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén» (RVR 1960)

Este pasaje habla sobre la decisión más difícil que Jesús jamás tomó. El Maestro Galileo entendía que tenía una misión muy especial que cumplir; una misión que le había sido dada por Dios. La misión requería viajar a Jerusalén, la capital de Judea, para enfrentar a las autoridades políticas y religiosas. Jesús debía desenmascarar a los líderes falsos que oprimían y mataban al pueblo. Empero, en el proceso de confrontación Jesús se jugaría la vida.

Aunque Lucas no narra cuanto Jesús sufrió en el proceso de tomar la decisión de viajar a Jerusalén, el Evangelio lo da a entender por medio de un recurso literario. Lucas cuenta que en tres ocasiones Jesús se retiró a orar por largo tiempo antes de tomar la decisión. 

  • Lucas 5.16 dice que Jesús se retiraba a «lugares desiertos» para orar: «…pero Jesús se retiraba a lugares apartados para orar» (RVC).
  • Lucas 6.12 cuenta que, en una ocasión, Jesús pasó toda una noche orando: «Por esos días Jesús fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios» (RVC). 
  • Y Lucas 9.28 afirma que Jesús subió a orar con Pedro, Juan y Jacobo, su círculo más íntimo de líderes: «Como ocho días después de que Jesús dijo esto, subió al monte a orar, y se llevó con él a Pedro, Juan y Jacobo» (RVC). 

Podemos inferir que Jesús se retiraba a orar constantemente porque estaba ponderando a solas la decisión de subir a Jerusalén.

Afirmó su rostro

Lucas 9.51 (RVR 1960) dice que Jesús «afirmó su rostro» para ir a Jerusalén. Esa es una frase hermosa, de alto contenido poético. Describe la valentía de Jesús, quien le dio cara a la situación con arrojo y con integridad. Otras versiones de la Biblia traducen el texto de las siguientes maneras:

  • Reina-Valera Contemporánea (RVC): «Se acercaba el tiempo en que Jesús había de ser recibido arriba, así que resolvió con firmeza dirigirse a Jerusalén.»
  • Nueva Versión Internacional (NIV): «Como se acercaba el tiempo de que fuera llevado al cielo, Jesús se hizo el firme propósito de ir a Jerusalén.»
  • Nueva Traducción Viviente (NTV): «Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús salió con determinación hacia Jerusalén.»
  • Dios Habla Hoy (DHH): «Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén.»

Un punto que no debemos pasar por alto es que Jesús toma la decisión cuando «se cumplió el tiempo adecuado». Esto nos recuerda que en griego existen dos palabras para describir el tiempo: «chronos» y «kairós». La primera se refiere al aspecto cuantitativo del tiempo, es decir, al tiempo que se mide. La segunda palabra, «kairós», se refiere al aspecto cualitativo del tiempo. Es decir, se refiere al «momento adecuado» para hacer algo.

Jesús decide subir a Jerusalén en el «kairós» de Dios; es decir, en el tiempo adecuado y en el momento oportuno señalado por el Padre Celestial. Movido por la certeza de actuar en la plena voluntad de Dios, Jesús cancela todo otro compromiso y decide caminar a Jerusalén.

¿Qué habría de encontrar en Jerusalén? Allí encontraría muchos elementos contradictorios, tales como:

  • Una multitud que lo aclamaría con gozo, declarándolo «Hijo de David».
  • El liderazgo religioso tradicional, que lo recibiría con desprecio y desdén.
  • La guardia del templo, que lo arrestaría.
  • El parlamento judío, conocido como el Sanedrín, quien lo juzgaría de manera ilegal.
  • Y el liderazgo político y militar romano, quien lo juzgaría de manera sumaria y lo condenaría a muerte. 

Como todo buen líder, Jesús intuía el terrible costo de su viaje a Jerusalén. Pero aún así, «afirmó su rostro» para subir a la Ciudad Santa.

Las voces que distraen 

No debemos perder de vista que, una vez tomada la decisión, toda una serie de personas se atravesaron en el camino de Jesús. Algunas lo hicieron de buena fe y otras con agendas ocultas, pero todas terminaron entorpeciendo la misión de Jesús.

El caso más escandaloso es el Juan y Jacobo quienes responden de manera desmedida a una situación incómoda. Jesús y sus discípulos fueron rechazados por habitantes de algunas aldeas samaritanas (Lucas 9.52-53). Ofendidos, Juan y Jacobo tuvieron el siguiente intercambio con Jesús: 

Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces, volviéndose él, los reprendió diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois, porque el Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea . Lucas 9.54b-56 (RVR 1960)

Nótese que la pregunta de los discípulos denota ignorancia, pues desconocían el carácter de Jesús. Es evidente que Jesús nunca hubiera deseado la muerte de los samaritanos y es evidente que Jesús nunca hubiera usado el poder divino para la venganza. Sin embargo, Juan y Jacobo le hacen perder el tiempo con una pregunta tonta. 

También se aparecen en el camino otros hombres que se ofrecen a seguir a Jesús. El primero le dijo con gran entusiasmo: «Señor, te seguiré adondequiera que vayas» (9.57). Podemos intuir que el hombre deseaba seguir a Jesús para alcanzar fama y fortuna, porque Jesús le hizo una advertencia solemne:

Las zorras tienen guaridas y las aves de los cielos nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza. – Lucas 9.58 (RVR 1960)

El segundo responde al llamado al discipulado diciendo: «Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre» (Lucas 9.59). Con esto quería decir que deseaba dedicarse a cuidar de sus padres—quienes probablemente no estaban ni enfermos en el momento—hasta que murieran, antes de dedicarse a seguir a Jesús. Jesús responde a sus excusas, diciendo

Deja que los muertos entierren a sus muertos; pero tú vete a anunciar el reino de Dios.Lucas 9.60 (RVR 1960)

Y el tercero responde de manera similar al anterior, pues se ofrece a seguir a Jesús sólo después de atender sus responsabilidades familiares (9.61). Y una vez más, Jesús responde con palabras duras, diciendo:

Ninguno que, habiendo puesto su mano en el arado, mira hacia atrás es apto para el reino de Dios .Lucas 9.62 (RVR 1960) 

Liderazgo y soledad: Siete lecciones para líderes pastorales

Esta historia nos enseña siete importantes lecciones sobre el liderazgo cristiano:

  1. En momentos de crisis, quien tiene la responsabilidad de ser líder debe tener una visión clara de la misión que Dios le ha encomendado. 
  2. El sentido de misión es la fuente principal de inspiración para quienes ejercen el liderazgo cristiano.
  3. Las cargas del liderazgo se aligeran cuando tenemos una vida espiritual saludable.
  4. Es importante retirarse, a solas con Dios, para enfocarnos en la misión que el Señor nos ha encomendado.
  5. Podemos compartir con Dios las cargas del liderazgo que no podemos compartir con nadie más.
  6. Es crucial que ejerzamos el discernimiento espiritual, de manera que podamos actuar en el «kairós» de Dios, es decir, en el momento oportuno que Dios ha determinado para que llevemos a cabo las tareas relacionadas a la misión.
  7. El liderazgo requiere audacia y valentía. En momentos críticos, debemos «afirmar nuestro rostro» para cumplir la misión.  

En resumen, peligros siempre habrá, como también problemas a granel y voces que intentarán distraernos. No debemos, pues, prestar atención a quienes intentan distraernos de la misión, tratando de que perdamos el foco. En esos momentos críticos, sigamos, pues, el ejemplo de Jesús: 

Afirmemos nuestro rostro para cumplir la misión que Dios ha puesto en nuestras manos. 

Liderazgo y soledad
Liderazgo & Soledad
Vea otros materiales sobre liderazgo pastoral

Bibliografía sobre Liderazgo Cristiano

Bibliografía

Liderazgo o Liderato Cristiano

Compilada por Pablo A. Jiménez

Actualizada el 24 de enero de 2018

Descargue este documento en formato PDF

Bandy, Thomas G. Desechando hábitos: Ayuda para las iglesias adictas. Nashville: Abingdon Press, 2003. ISBN: 0687025974

Banks, Robert & Bernice M. Ledbetter. Las dimensiones del líder: Su influencia e importancia en el mundo de hoy. Buenos Aires: Peniel, 2008. ISBN: 9875572039

Barna, George. El poder de la visión. Buenos Aires: Peniel, 2002. ISBN: 9879038797

Blackaby, Henry & Richard Blackaby. Liderazgo espiritual: Cómo movilizar a las personas hacia el propósito de Dios. Nashville: B & H en Español, 2016. ASIN: B0773DLWJB

Blanchard, Ken & Phil Hodges. Un líder como Jesús. Nashville: Grupo Nelson, 2006. ISDN: 9780881139976

Chand, Samuel R. Liderazgo acelerado: Lecciones para un crecimiento máximo y veloz. New Kensington, PA: Whitaker House en Español, 2017. ISBN: 9781629119748

Covey, Stephen R. Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Barcelona: Paidós, 2009. ASIN: B01458ZPMU

De León, Jeffrey & Joel Van Dyke, Ofensivo y escandaloso: Liderazgo para el nuevo siglo. Nashville: Grupo Nelson, 2007. ISBN: 9781602551534

Escobar, Mario. La soledad del liderazgo: Cómo afrontar y vencer el aislamiento. Nashville: Grupo Nelson, 2014. ISBN: 9780529109774

Finzel, Hans. Líderes competentes. Puebla: Ediciones Las Américas, 2002. ISBN: 9686529918

Ford, Leighton. Liderazgo de transformación. Buenos Aires: Peniel, 2010. ISBN: 9875572691

González, Justo L. Los mentores como instrumentos del llamado de Dios: Reflexiones bíblicas. Nashville: Junta General de Educación Superior y Ministerios de la Iglesia Metodista Unida, 2009. ISBN: 9780938162797

Grün, Anselm & Friedrich Assländer. Liderazgo: Un enfoque espiritual. Buenos Aires: Lumen, 2009. ISBN: 9789870008347

Hybels, Bill. Liderazgo audaz. Miami: Editorial Vida, 2013. ASIN: B00DQUAYWK

Lays, Lucas. El mejor líder de la historia. New York: Harper Collins, 2015. ASIN: B016LD5UOU

_____. Liderazgo generacional. Dallas: Amazon Digital Services, 2017. ISBN: 9781946707048

Martínez, Juan & Mark Branson. Iglesias, culturas y liderazgo: Una teología práctica para congregaciones y etnias. Miami: Editorial Vida, 2013. ASIN: B008EGREMO

Maxwell, John C. Las 21 leyes irrefutables del liderazgo. Nashville: Grupo Nelson, 2007. ASIN: B003DESKNY

Maxwell, John C. Liderazgo 101. Nashville: Grupo Nelson, 2012. ASIN: B00803JMSU

_____. Mentor 101. Nashville: Grupo Nelson, 2008. ASIN: B006H9FBFM

Polischuk, Pablo. Poniendo los puntos sobre las íes: Consideraciones acerca del liderazgo de grupos. Miami: Editorial Vida: 1998. ISBN: 0829735089

Rodríguez, José D. La vocación, en la Serie Ministerio. Nasville: Abingdon Press, 2009. ISBN: 0687465095

Stanley, Andy. Amplio y profundo: Edificando Iglesias de las que todos quisieran ser parte. Miami: Editorial Vida, 2013. ISBN: 0829765409

_____. El líder de la próxima generación. Miami: Editorial UNILIT, 2004. ISBN: 0789911493

Stanley, Andy, Reggie Joiner & Lane Jones. 7 Prácticas efectivas del liderazgo. Buenos Aires: Peniel, 2006. ISBN: 9875571008

Stanley, Andy. Una visión contagiosa. Miami: Editorial Vida, 2013. ASIN: B00DG4JD32

Stott, John R.W. Desafíos del Liderazgo Cristiano. Buenos Aires: Certeza Argentina, 2002. ISBN:9506830592

Segura, Harold. Más allá de la utopía: Liderazgo de servicio y espiritualidad cristiana. Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2010. ISBN: 9789871355334

Vieira, Vicente. Liderazgo verdadero. El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2010. ISBN: 9780311461974

Warren, Rick. Liderazgo con propósito: Lecciones de liderazgo basadas en Nehemías. Miami: Editorial Vida, 2005. ASIN: B003WE9ZLQ

Webb, Keith E. El modelo «Coach» para líderes cristianos. Miami: Editorial Vida, 2014. ISBN: 9780829765816

Fundamentos del Liderazgo
Fundamentos del Liderazgo

Textos del Nuevo Testamento que presentan mujeres en posiciones de liderazgo

En lo personal, yo afirmo que Dios llama y capacita mujeres para ejercer el ministerio cristiano. Empero, sé que otras personas sostienen otras posiciones. Aunque diferimos, respeto su posición.

Descargue este documento en formato PDF

Ahora bien, recientemente alguien me escribió diciendo que el Nuevo Testamento no habla mujeres posiciones de liderazgo. Con respeto, le indico que eso no es correcto. A continuación presento varios textos bíblicos que mencionan mujeres en posiciones de autoridad en la Iglesia. Los textos bíblicos provienen de la Reina Valera Contemporánea (RVC). Búsquelos en su versión favorita de la Biblia.

No voy a explicar los textos a profundidad, solo le pido que ustedes los lean y los estudien con seriedad. Dejo a su criterio el peso que debe darse a estos pasajes bíblicos. Que Dios les bendiga.

Mujeres en Liderazgo
Mujeres en Liderazgo

Mujeres que seguían a Jesús

Lucas 8.1 Después de esto, Jesús andaba por todas las ciudades y aldeas, y allí proclamaba y anunciaba las buenas noticias del reino de Dios. Lo acompañaban los doce, 2 y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, a la que llamaban Magdalena, y de la que habían sido expulsados siete demonios; Juana, la mujer de Chuza, el intendente de Herodes; Susana, y muchas otras que los atendían con sus propios recursos.

Las mujeres proclaman la resurrección a los Once

Mateo 28.8 Entonces ellas salieron del sepulcro con temor y mucha alegría, y fueron corriendo a dar la noticia a los discípulos. En eso, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Salve!» Y ellas se acercaron y le abrazaron los pies, y lo adoraron. 10 Entonces Jesús les dijo: «No teman. Vayan y den la noticia a mis hermanos, para que vayan a Galilea. Allí me verán.»

Lucas 24.1 Pero el primer día de la semana, muy temprano, las mujeres regresaron al sepulcro. Llevaban las especias aromáticas que habían preparado. Como se encontraron con que la piedra del sepulcro había sido quitada, entraron; pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras ellas se preguntaban qué podría haber pasado, dos hombres con vestiduras resplandecientes se pararon junto a ellas. Llenas de miedo, se inclinaron ocultando su rostro; pero ellos les dijeron: «¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. ¡Ha resucitado! Acuérdense de lo que les dijo cuando aún estaba en Galilea: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado. Pero al tercer día resucitará.”» Ellas se acordaron de sus palabras, y cuando volvieron del sepulcro les contaron todo esto a los once, y a todos los demás. 10 Las que contaron esto a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María la madre de Jacobo, y las otras mujeres. 11 El relato de las mujeres les pareció a los apóstoles una locura, así que no les creyeron; 12 pero Pedro se fue corriendo al sepulcro y, cuando miró hacia dentro y vio los lienzos allí dejados, volvió a su casa pasmado de lo que había sucedido.

Mujeres en el liderazgo de la Iglesia Primitiva

Hechos 1.12 Entonces los apóstoles volvieron a Jerusalén desde el monte del Olivar, que dista de Jerusalén poco más de un kilómetro. 13 Cuando llegaron a Jerusalén, subieron al aposento alto, donde se hallaban Pedro, Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas, el hermano de Jacobo. 14 Todos ellos oraban y rogaban a Dios continuamente, en unión de las mujeres, de María la madre de Jesús, y de sus hermanos.

Priscila y Aquila educan en la fe a Apolos (*En la literatura griega, una mujer solo se menciona primero si es más importante que el esposo)

Hechos 18.24 Por esos días llegó a Éfeso un judío de Alejandría, que se llamaba Apolos. Era muy elocuente, y tenía un sólido conocimiento de las Escrituras; 25 además, había sido instruido en el camino del Señor, y con espíritu fervoroso hablaba y enseñaba con precisión todo lo concerniente al Señor. Pero sólo conocía el bautismo de Juan. 26 Apolos comenzó a hablar en la sinagoga sin ningún temor, pero cuando Priscila y Aquila lo oyeron, lo llamaron aparte y le expusieron con todo detalle el camino de Dios. 27 Apolos quería ir a Acaya, y los hermanos lo animaron; escribieron a los discípulos de allá para que lo recibieran y, cuando él llegó, fue de mucho provecho para los que, por la gracia de Dios, habían creído, 28 pues con mucha vehemencia refutaba en público a los judíos, y con las Escrituras les demostraba que Jesús era el Cristo.

Mujeres profetizando

Hechos 21.Al día siguiente, salimos y nos dirigimos a Cesarea; allí nos hospedamos en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete y que tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban.

1 Corintios 11.Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza; es como si se hubiera rapado.

Febe, la diaconisa

Romanos 16.1 Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea. Les pido que la reciban en el Señor, como merecen ser recibidos los santos, y que la ayuden en cualquier cosa que necesite de ustedes, porque ha ayudado a muchos, y también a mí mismo.

Mujeres que “trabajan en el Señor”

Romanos 16.12 Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales trabajan en el Señor. Saluden a la amada Pérsida, la cual ha trabajado mucho en el Señor.

Cloé, líder de un grupo en Corinto

1 Corintios 1.10 Hermanos, les ruego por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se pongan de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes, sino que estén perfectamente unidos en un mismo sentir y en un mismo parecer. 11 Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloé me han informado que entre ustedes hay contiendas. 12 Quiero decir, que algunos de ustedes dicen: «Yo soy de Pablo»; otros, «yo soy de Apolos»; otros, «yo soy de Cefas»; y aun otros, «yo soy de Cristo». 13 ¿Acaso Cristo está dividido? ¿Acaso Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo?

Evodia y Síntique, líderes en Filipos

Filipenses 4.1 Así que, hermanos míos, amados y deseados, gozo y corona mía, ¡manténganse firmes en el Señor, amados! Ruego a Evodia y a Síntique, que se pongan de acuerdo en el Señor. También a ti, mi compañero fiel, te ruego que ayudes a éstas que lucharon conmigo en el evangelio, junto con Clemente y mis otros colaboradores, cuyos nombres están en el libro de la vida.

Requisitos de los diáconos

1 Timoteo 3.8 De igual manera, los diáconos deben ser honestos y sin doblez, no demasiado afectos al vino ni codiciosos de ganancias deshonestas; y deben guardar el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Además, éstos primero deben ser puestos a prueba y, si son irreprensibles, entonces podrán ejercer el diaconado. 11 Las mujeres, por su parte, deben ser honestas, y no calumniadoras, sino sobrias y fieles en todo. 12 Los diáconos deben tener una sola esposa, y gobernar bien sus hijos y sus casas, 13 pues los que ejercen bien el diaconado ganan para sí mismos un grado honroso y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

Requisitos de los ancianos

Tito 2.1 Pero tú habla de lo que vaya de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia. Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su porte y maestras del bien, no calumniadoras ni esclavas del vino; deben enseñar a las mujeres más jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas y sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.