Un país de crucificados

“Jesús, pues, se identifica con todas las personas «crucificadas» de nuestra sociedad. En un país de crucificados, la cruz de Jesús es cada día más pertinente. Jesús está «con-crucificado» con las víctimas de la violencia de la sociedad puertorriqueña.”

Lea el resto de esta columna en: http://blogs.elnuevodia.com/vicios-virtudes-valores/2015/03/31/un-pais-de-crucificados/

Vicios, Virtudes & Valores
Vicios, Virtudes & Valores

Bendito el que viene (Lucas 19.28-40)

Bendito el que viene: Texto de un sermón sobre Lucas 19:28-40. Su tema central es: “En la entrada triunfal, Dios viene a nuestro encuentro en la persona de Jesucristo, propiciando un momento de juicio y decisión.”

Pablo A. Jiménez
Pablo A. Jiménez

Sermones para la Semana Santa

Un sermón sobre liderazgo y visión

¡Señor, abre nuestros ojos!

Por Pablo A. Jiménez

www.drpablojimenez.com & www.prediquemos.net

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Texto: II. Reyes 6:8-18

Tema: Para poder desarrollar un ministerio efectivo, Dios llama a la comunidad de fe a comprender su realidad, a comprender la visión del profeta y a caminar en esperanza.

Área: Desafío profético

Propósito: Que la audiencia comprenda que el cuidado de Dios excede sus expectativas.

Diseño: Expositivo tradicional

Lógica: Deductiva

I. Introducción

La tentación es grande. En una ocasión como ésta, sería fácil tomar el camino de la anécdota que ensalza las virtudes de la Iglesia homenajeada. Los méritos los hay.

También sería fácil idealizar la figura del Pastor o tomar este momento para advertir a la congregación del juicio divino que enfrentaría de no comportarse correctamente con el siervo de Dios. Ese es otro peligro.

Pero mi propósito es otro. Entiendo que este es un momento para detenerse a pensar, a evaluar lo que debemos hacer como pueblo de Dios para desarrollar un trabajo efectivo en esta comunidad. Este es el momento indicado para preguntarnos cómo podemos cumplir mejor con la responsabilidad que el Señor Jesucristo ha puesto sobre todos nosotros como pueblo de Dios, comunidad de fe y primicia del reino de Cristo.

II. Presentación del tema

En respuesta a esa pregunta, me gustaría que explorásemos la narrativa de Eliseo ante la emboscada de los Sirios, que se encuentra en II Reyes 6:8-23, y viéramos las tres condiciones que necesitó el siervo de Eliseo para trabajar unido al profeta, a saber:

  • Un entendimiento claro de su situación;
  • Una comprensión exacta de la visión del profeta;
  • Y la disposición a caminar hacia el futuro en esperanza.

III. Puntos a desarrollar

A. Para desarrollar un ministerio efectivo la Iglesia necesita comprender su realidad.

1. La narrativa de Eliseo ante la emboscada de los Sirios es sumamente interesante. Eliseo –como consejero del rey de Israel– se había convertido en un elemento “peligroso” para el Rey de Siria. El Rey, siguiendo la tradición de gobernantes cegados por el poder, envió un grupo de soldados a asesinar al profeta.

2. En ese momento entra en la escena Giezi, el siervo del profeta. Este –a través de ciclo de historias sobre Eliseo– se nos presenta como una persona común y corriente. Ciertamente, no tenía el carácter, el temple, el compromiso y la visión de un profeta.

3. Esta narración describe a Giezi como una persona que solo comprende las realidades materiales; que no tiene la capacidad –ni la disposición– para ver la mano de Dios en acción en el diario vivir. Es por esto que ante el asedio de los soldados sirios el siervo sólo ve el peligro de la muerte; la inminencia del fracaso y ante eso exclama “¡Ah, Señor mío! ¿qué haremos?” (v. 15b).

4. Entonces, el profeta tiene que señalarle una realidad que Giezi no ve: que Dios está con ellos. La realidad es que la victoria en la lucha no depende de nuestra fuerza, sino de la intervención del poder divino. La realidad es que la obra no es nuestra, sino del Señor. Por lo cual dice II Reyes 5:16: “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.”

5. Esta es la primera condición para poder desarrollar la obra de Cristo en el mundo:

Tenemos que ver con claridad la realidad que nos rodea.

Tenemos que entender el peligro que corre una Iglesia que señala el pecado en el mundo.

Tenemos que entender la realidad objetiva de la comunidad en que nos desarrollamos y, al mismo tiempo, discernir lo que Dios está haciendo en medio nuestro.

De otro modo, corremos el riesgo de hacer un trabajo vano, incompleto, que no tenga vigencia para el momento en que vivimos ni pertinencia para las personas que deseamos alcanzar.

Resumen: Por lo tanto, es necesario entender nuestra realidad para llevar a cabo lo que Dios requiere de nosotros en el mundo.

B. Para desarrollar un trabajo efectivo la Iglesia necesita comprender la visión del profeta.

1. Por otro lado, el cuadro que tenemos en la narración es muy interesante: hay dos personas que ante la misma realidad y en la misma situación ven dos visiones distintas.

2. Lo que aquí encontramos es parecido a la historia de tres albañiles que trabajaban en la construcción de una catedral. Estos fueron interrogados por un transeúnte que sintió curiosidad ante su trabajo. “¿Qué hacen?,” les preguntó. El primer albañil contestó “colocando ladrillos”; el segundo dijo “levantando una pared”; el tercero, “estoy edificando la casa de Dios”.

3. Del mismo modo, Giezi y el profeta, estando frente a la misma situación, veían cosas distintas. Esto fue así hasta que el profeta intercedió por su siervo y éste fue capacitado por el Espíritu de Dios para ver más allá de las posibilidades humanas.

4. La iglesia está ante una situación muy similar a la de Eliseo y Giezi. Tenemos dos alternativas. Por un lado, podemos desarrollar la sensibilidad espiritual para cumplir la voluntad del Señor. Para lograr esto, es necesario estar atentos a la visión del futuro que Dios le da a nuestros líderes.

5. Por otro lado, podemos quedarnos en el nivel de lo sensible, de lo puramente material. Podemos desesperarnos al ver lo difícil que es la tarea. Entonces, nuestra ceguera espiritual nos llevará a entorpecer la voluntad de Dios y fallaremos en nuestra misión como creyentes.

Resumen: Por lo tanto, es necesario tener una visión clara del futuro para llevar a cabo lo que Dios requiere de nosotros en el mundo.

C. Para desarrollar un trabajo efectivo la Iglesia necesita caminar en esperanza.

1. Ahora bien, ¿para qué sirve una visión? Hay quienes piensan que una visión no es más que un sueño vano; una esperanza tonta y vacía.

2. Sin embargo, cuando una visión ha sido verdaderamente inspirada por Dios, la misma sirve como un plano, como un mapa que nos indica el camino a seguir.

3. Pero, ¿de qué vale un plan si no tenemos la disposición de llevarlo a cabo? ¿De dónde sacaremos fuerzas para cumplir la misión que Dios nos ha encomendado?

4. ¡Las fuerzas vienen de Dios! Es el Señor quien nos capacita para llevar a convertir nuestras visiones en proyectos.

5. Debemos, pues, discernir la visión divina para nuestros respectivos ministerios. Una vez tengamos clara esa visión del futuro, sólo no resta caminar en esperanza, en el nombre del Señor

Resumen: Por lo tanto, es necesario caminar en esperanza para llevar a cabo lo que Dios requiere de nosotros en el mundo.

IV. Conclusión

La iglesia puede ser una institución muerta, sin poder alguno ante las fuerzas del mal o puede ser un organismo vivo, poderoso y lleno del poder de Dios para vencer toda adversidad, en el nombre de Jesucristo. ¿Cuál es su visión?

*Para ver otros escritos y adquirir los libros del Dr. Jiménez, acceda a www.drpablojimenez.com & a www.prediquemos.net. También puede visitar su canal de YouTube, (https://www.youtube.com/user/drpablojimenez), y su canal de sermones electrónicos en iTunes (https://itunes.apple.com/us/podcast/sermones-del-rev-dr-pablo/id322672790?mt=2

Creo DrPJ
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Sobre la formación espiritual de la niñez

Sobre la formación espiritual de la niñez

Carta pastoral escrita por Pablo A. Jiménez

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Introducción

Durante los pasados meses Puerto Rico se ha visto inmerso en un debate sobre la enseñanza de perspectiva y equidad de género en el currículo del Departamento de Educación. A raíz de este debate, varias personas de nuestra iglesia local han preguntado cual es nuestra posición sobre este asunto.

Principios teológicos y pastorales

En respuesta, esbozamos algunos de los puntos teológicos y pastorales que seguimos a la hora de preparar materiales educativos para nuestra niñez:

  1. Dios creó una sola humanidad, que se divide en dos sexos: El masculino y el femenino. Esta aseveración se basa en Génesis 1.27: Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
  2. El género tiene una base biológica, el sexo, por lo que está íntimamente ligado a la sexualidad.Por lo tanto, existen dos géneros: el masculino y el femenino. Sin embargo, el género también tiene componentes sociales. Las ideas machistas y sexistas, que degradan a la mujer, son manifestaciones negativas del componente social del género. Rechazamos esas ideas negativas, afirmando que la mujer es plenamente humana y que, por lo tanto, ante Dios tiene la misma dignidad que el varón. Esta aseveración se basa en 1 Pedro 3.7, que llama a la mujer “coheredera de la gracia de vida”.
  3. La fe cristiana va por encima de todas las diferencias sociales y humanas, incluyendo el género. Esta aseveración se basa en Gálatas 3.28:Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
  4. Aunque en la Biblia podemos encontrar distintos tipos de relaciones familiares, el matrimonio se describe reiteradamente como una relación exclusiva entre un hombre y una mujer. Esta aseveración se basa en Génesis 2.24: “ Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Tanto Jesús de Nazaret como el Apóstol Pablo citaron este pasaje bíblico para recalcar la importancia del pacto matrimonial (véase Marcos 10.7; Mateo 19.5; y Efesios 5.31.
  5. Las relaciones familiares deben caracterizarse por la mutualidad, es decir, por el sometimiento mutuo de esposo y esposa, de padres e hijos. Por lo tanto, las relaciones familiares no deben ser jerárquicas. Rechazamos las relaciones de dominación donde una parte exige que la otra se someta en obediencia. Esta aseveración se basa en Efesios 5.21, que dice: “Someteos unos a otros en el temor de Dios.” Siguiendo este principio organizador, el texto exhorta a la esposa a someterse a su esposo (5.22), y al esposo a la esposa (5.25); exhorta a los hijos a someterse a los padres (6.1), y a los padres a los hijos (6.4).
  6. La violencia sexual es un grave pecado contra Dios. De acuerdo a Ezequiel 18, la violación es uno de los pecados que comete el hombre impío (v. 11) y de los cuales no participa el hombre piadoso (vv. 6 & 16). Rechazamos toda inmoralidad sexual, sabiendo que la palabra griega que el Nuevo Testamento traduce como “fornicación” y como “inmoralidad sexual” es el término “pornéia”, del cual se deriva el concepto “pornografía”. Este pecado se condena más de 50 ocasiones en el Nuevo Testamento, si contamos todas las veces que aparecen sustantivos y verbos relacionados al concepto. Por lo tanto, entendemos que la niñez y la juventud no deben estar expuestas a materiales sexualmente explícitos o pornográficos.
  7. La Biblia nos exhorta a disfrutar la sexualidad en sus expresiones más sanas, rechazando la lujuria que convierte a la pareja en objeto y, a la larga, destruye la relación. Entre las muchas porciones bíblicas que podríamos citar al respecto, dejamos ante su consideración Romanos 13.11-14:

Hagan todo esto, conscientes del tiempo en que vivimos y de que ya es hora de que despertemos del sueño. Porque nuestra salvación está más cerca de nosotros ahora que cuando creímos. La noche ha avanzado, y se acerca el día. Por tanto, desechemos las obras de las tinieblas, y revistámonos de las armas de la luz. Vivamos con honestidad, como a la luz del día, y no andemos en glotonerías ni en borracheras, ni en lujurias y lascivias, ni en contiendas y envidias. Más bien, revistámonos del Señor Jesucristo, y no busquemos satisfacer los deseos de la carne.

Conclusión

Nos comprometemos, pues, a producir y a usar materiales educativos para la niñez y para la juventud de acuerdo a los principios esbozados arriba. Nunca usaremos materiales que promuevan visiones machistas, que degraden a la mujer, como tampoco utilizaremos materiales que pongan en riesgo la salud—ya sea física, mental, emocional o espiritual—de nuestra niñez.

Dado que las personas que formamos parte de la Iglesia también formamos parte de la sociedad, cada familia tiene la responsabilidad de examinar los materiales curriculares que estudian sus niños y niñas de edad escolar. Si usted entiende que dichos materiales no son adecuados, usted tiene el perfecto derecho de tomar las acciones que crea correspondientes, como cualquier otro ciudadano o ciudadana que pague impuestos y viva legalmente en el país.

Esperamos que los principios esbozados en esta Carta Pastoral sean de ayuda y bendición a todas las personas interesadas en el bienestar de nuestra niñez.

Carta Pastoral Género
Carta Pastoral Género

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Para continuar la conversación

Puede encontrar información adicional en los siguientes recursos sobre la formación espiritual de la niñez:

Libros & Ensayos

Jiménez, Pablo A. “Desafíos de hoy en la formación espiritual de la niñez y la juventud”. Una Iglesia que acompaña a su niñez y juventud en su formación. Bayamón: La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico, 2012, pp. 39-52

Segura, Harold. Un niño los pastoreará: Niñez, teología y misión. El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2006.

Schipani, Daniel S. ed. Los niños y el reino: Guía para la educación cristiana. Bogotá: Buena Semilla/CAEBEC, 1987.

Westerhoff, John H. ¿Tendrán fe nuestros hijos? Buenos Aires: Editorial La Aurora, 1978.

Audios & Vídeos

Jiménez, Pablo A. Como desarrollar ministerios infantiles en la Iglesia. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=i4Jrt3KEVAI

_____. Desafíos contemporáneos al ministerio con la niñez y con la juventud. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=mZvWX4Hs65U

_____. La formación espiritual de la niñez. Disponible en: http://www.drpablojimenez.com/sounds/Ninez_Ed.mp3

La insensatez causa división (1 Reyes 12.11)

Un sermón sobre Roboam, el hijo de Salomón, y la división del Reino de Israel.

Descargue la versión en Audio.

Descargue la versión en Vídeo.

Rev. Pablo A. Jiménez
Rev. Pablo A. Jiménez

 

Con cordel y con plomada (Amós 7.7-9)

Un sermón sobre las profecías de Amós, especialmente la visión de la plomada.

Descargue la versión en Audio, formato mp3.

Descargue la versión en Vídeo, formato mp4.

Con cordel y con plomada
Con cordel y con plomada

 

Sobre las ilustraciones para sermones

Sobre las ilustraciones para sermones

Por Pablo A. Jiménez

**Descargue el e-book gratis de este ensayo**

Una ilustración es una anécdota o una historia que desarrolla, aclara o apoya una de las ideas presentadas en un sermón. También se consideran como “ilustraciones” el uso de símiles, metáforas, analogías, alegorías, ejemplos, poemas, y testimonios, entre otros recursos literarios y figuras de construcción.

Una ilustración efectiva debe ser tan clara que no necesite mayores explicaciones. Las ilustraciones demasiado complejas o complicadas no tienen utilidad alguna. No emplee ilustraciones que hablen de asuntos científicos o técnicos, tales como la electricidad o la medicina. Una buena ilustración debe aclarar una idea; una mala ilustración confunde, aburre o distrae.

Todo sermón debe tener, por lo menos, una ilustración, anécdota o una historia que  aclare o ejemplifique su mensaje. Es común encontrar libros que recogen cientos de ilustraciones para sermones. En términos generales, estos libros son de poca utilidad por dos razones fundamentales. Por un lado, estas historias, anécdotas y citas son tan conocidas que la mayor parte de nuestra feligresía ya las ha escuchado anteriormente. Por otro lado, muchas de estas historias hacen referencia a la historia y la literatura europea o estadounidense. Por esta razón, gran parte de nuestra feligresía no las puede comprender a cabalidad.

En el pasado, era común usar escenas de la literatura universal como ilustraciones para sermones. Por ejemplo, quienes predicaban citaban las obras de Cervantes, Shakespeare o de Calderón de la Barca.  Sin embargo, es difícil hacer este tipo de referencias literarias en la actualidad sin darle al predicador un aire de superioridad, pues la mayor parte de la gente no conoce las novelas y las obras de teatro que hoy se consideran como “clásicos” de la literatura.

Podemos encontrar una nueva fuente de ilustraciones para la predicación en las películas de cine y los programas de televisión. Sin embargo, es necesario evitar referencias a los productos culturales que puedan distraer a la audiencia, sobre todo a películas y a programas de televisión no tienen la dignidad que merece el púlpito cristiano..

En conclusión, la mejor opción es que la persona que predica escriba sus propias ilustraciones, haciendo referencias claras que sean comprensibles para la congregación. En el proceso, evite el error de hablar de su vida privada, publicando las interioridades de su vida familiar. Busque historias, anécdotas y citas que ayuden a su congregación a recordar los puntos principales de su sermón.

Cómo bosquejar el sermón temático-doctrinal

Consejos prácticos sobre la elaboración del sermón temático-doctrinal, con ejemplos de bosquejos homiléticos, por el Dr. Pablo A. Jiménez.

Introducción 

El sermón temático-doctrinal es ciertamente la forma homilética que presenta los más grandes desafíos a quienes hoy predican el Evangelio de Jesucristo.

A la hora de diseñar bosquejos homiléticos, el sermón textual-expositivo toma sus pautas del texto bíblico y el sermón narrativo se orienta por la estructura literaria de la porción sobre la cual se basa. Empero, el sermón temático-doctrinal fundamenta su bosquejo en el desarrollo de un argumento.

Desafíos metodológicos del sermón temático-doctrinal

Afirmo que el sermón temático-doctrinal presenta un gran desafío por los siguientes elementos:

  1. El diseño de sermones temáticos y doctrinales demanda un buen manejo de las bases de la teología cristiana y de las disciplinas básicas de la teología sistemática. Por ejemplo, la disciplina que estudia las perspectivas teológicas sobre el pecado se llama “hamartiología”. Esta disciplina esta íntimamente relacionada a la doctrina sobre la salvación, cuyo nombre técnico es “soteriología”, y al concepto teológico de la humanidad, conocido como “antropología teológica” Como ven, el estudio sistemático de la teología cristiana requiere el manejo de un lenguaje técnico especializado.
  2. Aunque la fe cristiana tiene puntos esenciales que la unen, expresadas en documentos tales como “El Credo Apostólico”, cada tradición cristiana tiene sus propios énfasis teológicos. Por eso, un libro de teología cristiana escrito desde un punto de vista reformado puede presentar ideas extrañas para quien desea predicar en una congregación de tradición wesleyana. Por lo tanto, no sólo es necesario estudiar las bases de la teología sino que también es necesario conocer los énfasis principales de las tradiciones cristianas más importantes.
  3. Y no podemos olvidar el gran desafío que presenta la postmodernidad, ya que en estos tiempos los conceptos están vacíos de contenido. Es decir, hoy no se puede asumir que todo el mundo entiende lo mismo cuando se habla de un concepto. El mundo de las ideas hoy es tan diverso que nos obliga a definir con claridad lo que nosotros queremos decir cuando empleamos un concepto. Por ejemplo, mientras hace solo unas décadas todo el mundo entendía que la muerte ocurría en el momento cuando el corazón dejaba de latir, hoy también se emplea el concepto para hablar sobre la “muerte cerebral”, sobre el suicidio asistido (el derecho a terminar con la vida propia en situaciones terminales) y sobre la eutanasia (el derecho a terminar con la vida de otra personas, usualmente un ser querido, que padezcan enfermedades crónicas o terminales). Por eso, si usted habla sobre la muerte en un sermón, debe indicar si se refiere a una, a parte o a todas estas opciones.

Siete modelos homiléticos para elaborar el sermón temático-doctrinal

A estos desafíos metodológicos se unen los prácticos: ¿Cómo redactar los “puntos” o las ideas principales de nuestro bosquejo para un sermón temático-doctrinal?

Para responder a este reclamo, le presento siete alternativas que bien pueden ayudarle a diseñar sermones efectivos sobre los temas y las doctrinas que usted desee exponer. Estos son:

  1. El sermón “interrogativo”
  2. El sermón “hegeliano”
  3. El sermón “joya”
  4. El sermón “escalera”
  5. El sermón basado en el “Cuadrilátero de Wesley”
  6. El sermón “Ver-Pensar-Actuar”
  7. Y el sermón basado en el modelo de Paul Ricouer

1. El sermón “interrogativo”

La forma más sencilla de organizar nuestras ideas es por medio de preguntas y respuestas. Usted puede plantear varias preguntas sobre el tema, tales como “qué”, “cómo”, “cuándo”, “cuáles”, “dónde” o “por qué”, y contestarlas en su sermón. Esta es la forma sermonaria más simple.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la depresión de la siguiente manera:

  1. ¿Qué es la depresión?
  2. ¿Puede una persona cristiana padecer de depresión?
  3. ¿Qué herramientas nos da la fe para enfrentar y vencer la depresión?

El sermón que se incluye al final de este ensayo, a manera de apéndice, sigue esta forma sermonaria.

2. El sermón “hegeliano”

Este modelo de sermón emplea una estructura basada en el pensamiento de Hegel, el filósofo alemán, dividiendo el cuerpo del sermón en tres instancias: tesis, antítesis y síntesis. La tesis es una idea principal; la antítesis es una idea que contradice la tesis, al menos en apariencia; y la síntesis armoniza ambas ideas, presentando una perspectiva más profunda del tema.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la paternidad divina de la siguiente manera:

  1. Tesis: Dios es padre
  2. Antítesis: Dios no es padre
  3. Síntesis: Porque Dios es mucho más que un padre.

3. El sermón “joya”

Este estilo sermonario analiza diversos aspectos de un tema. Como escribiera Clarence S. Roddy: “Aquí el proceso consiste en rotar una idea como si fuese una gema y considerar todas las facetas o aspectos de la misma.” Esta es una forma muy útil para considerar temas muy complejos, que tienen diversas facetas que debemos analizar.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre los distintos aspectos del amor, inspirado en 1 Corintios 13, de la siguiente manera:

  1. El amor y el sufrimiento.
  2. El amor y la bondad.
  3. El amor y la esperanza.
  4. El amor y la fe.
  5. El amor y la perseverancia.

4. El sermón “escalera”

En ocasiones, encontramos conceptos que se entrelazan con otras ideas importantes. En cierto modo, una idea lleva a la otra, como un peldaño de una escalera le lleva al otro.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre la dinámica del pecado, inspirado en Santiago 1.12-15, de la siguiente manera:

  1. Los malos deseos conducen a la tentación.
  2. La tentación conduce al pecado.
  3. El pecado conduce a la muerte.

5. El sermón basado en el “Cuadrilátero de Wesley”

El “cuadrilátero de Wesley” es un método de análisis teológico relacionado a la tradición wesleyana. Este modelo explora las fuentes que usamos para hacer teología y llega a la conclusión de que son cuatro: las Sagradas Escrituras, la tradición, la razón y la experiencia.

Un sermón basado en este modelo teológico exploraría cómo, a través del análisis de un tema, la congregación llega al conocer más sobre Dios. Claro está, es importante que la persona que predica este tipo de sermón sea disciplinada, porque de otro modo podría extenderse demasiado en una o más de las partes de su presentación.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema del pecado que siga la siguiente estructura:

  1. Qué nos enseña la Biblia sobre el pecado.
  2. Qué nos enseña la tradición histórica y teológica de la Iglesia sobre el pecado.
  3. Qué nos enseña la razón sobre el pecado.
  4. Qué nos enseña la experiencia sobre el pecado.

6. El sermón “Ver-Pensar-Actuar”

Hablando del método teológico, pasemos a considerar un modelo que proviene de la Teología Latinoamericana. Me refiero al modelo que identifica tres momentos en el proceso de reflexión teológica:

  1. Ver: La mediación socio-analítica que contempla el mundo desde el sufrimiento de las personas oprimidas.
  2. Pensar: La mediación hermenéutica que contempla el mundo desde el punto de vista divino, según se ha revelado a través de la Biblia y se ha manifestado en el pensamiento teológico de la Iglesia.
  3. Actuar: La mediación práctica que contempla el mundo desde la acción, tratando de identificar pautas pastorales que guíen los pasos del pueblo de Dios en nuestro mundo.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema del racismo de la siguiente manera:

  1. Ver: Identifique las manifestaciones del racismo en nuestra sociedad.
  2. Pensar: Explore el testimonio bíblico, confirmando que Dios desea alcanzar “a todas las naciones” con el mensaje evangélico y que Dios “no hace acepción de personas”.
  3. Actuar: Sugiera pautas pastorales que la Iglesia puede seguir para luchar contra el racismo que divide a la humanidad.

7. El sermón basado en el modelo de Paul Ricouer

Paul Ricoeur fue uno de los más grandes pensadores del Siglo XX, haciendo enormes aportes a la teoría de la interpretación. Sus escritos exploran cómo uno interpreta toda clase de escritos, tanto en el campo de la literatura, en el campo de las leyes y en el campo de la religión.

Ricoeur desarrolló un modelo muy útil que, en lo personal, yo utilicé para desarrollar mi método de interpretación bíblica para la predicación, llamado “Los Tres Pasos”. Lo que este insigne autor francés propone es lo siguiente:

  1. El primer encuentro que uno tiene con un texto es una “lectura inocente”, una lectura “pre-crítica” del texto. Es decir, es una lectura que no cuestiona el texto, sino que lee su contenido a la luz de la experiencia del intérprete.
  2. La segunda lectura toma distancia del texto para hacer una “reflexión crítica”, es decir, para cuestionar y examinar a profundidad el contenido del texto.
  3. El tercer momento, llamado por Ricouer “la segunda lectura inocente” se acerca al texto otra vez. Es una lectura informada por el análisis crítico hecho en el segundo paso. Sin embargo, la persona que interpreta el texto trata de comprender las implicaciones del texto para hoy.

Por ejemplo, usted puede diseñar un bosquejo sermonario sobre el tema de la pobreza de la siguiente manera:

  1. Primera lectura Inocente: Podemos encontrar distintas manifestaciones de la pobreza en nuestros medios. Muchas personas piensan que la pobreza es resultado de la indolencia, la vagancia y la inacción de las personas pobres.
  2. Lectura crítica: Sin embargo, un análisis más profundo demuestra que la pobreza tiene varias causas, todas relacionadas a nuestro sistema político y social. También nos lleva a considerar que, de acuerdo a las Sagradas Escrituras, Dios se interesa por el bienestar de las personas más pobres y vulnerables de la sociedad.
  3. Segunda lectura inocente: Dios llama a la Iglesia a bendecir “al pobre, al huérfano y a la viuda”. ¿Qué acciones concretas podemos tomar para bendecir a las personas empobrecidas por nuestro sistema social?

Conclusión

El sermón temático-doctrinal es muy útil para propósito educativo, cuyo propósito es discipular a la comunidad de fe. Esperamos que estos siete modelos arrojen alguna luz a las personas interesadas en diseñar, escribir y predicar sermones sobre las doctrinas cristianas y sobre los temas que afectan a las comunidades que Dios les ha llamado a servir.

Del mismo modo, esperamos que usted predique regularmente el sermón temático-doctrinal, hasta que desarrolle su propio estilo, derivando sus bosquejos del argumento particular de su tema.

Bibliografía sobre la elaboración del sermón temático-doctrinal

Allen, Ronald J. The Teaching Sermon. Nashville: Abingdon Press, 1995.

_____. Thinking Theologically. Minneapolis: Fortress Press, 2008.

Carl, William J III. Preaching Christian Doctrine. Philadelphia: Fortress Press, 1984.

Hughes, Robert G. & Robert Kysar. Preaching Doctrine: For the Twenty-First Century. Minneapolis: Fortress Press, 1997.

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Apéndice – El sermón temático-doctrinal

A manera de Apéndice, ofrecemos un bosquejo extendido de un sermón sobre el tema del bautismo, usando el modelo de “preguntas y repuestas”. Como es de esperar, este sermón refleja las perspectivas doctrinales de mi tradición, la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo). Lo ofrezco en ánimo de ilustrar la metodología, no de debatir puntos doctrinales

Del agua y del Espíritu

Texto: “De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3.5)

Tema: El Bautismo es crucial para nuestra formación espiritual, dado que es una ordenanza por medio de la cual nos acercarnos más a Dios.

Área: Formación Espiritual

Propósito: Resaltar la importancia de la ordenanza o sacramento del bautismo.

Diseño: Sermón temático-doctrinal, en ocasión de la celebración de bautismos en la Iglesia

Lógica: Deductiva

Introducción

La celebración de bautismos en una Iglesia local es siempre motivo de grande gozo. La comunidad de fe se regocija, celebrando con un nuevo grupo de hermanos y hermanas que marcan un nuevo comienzo en su vida espiritual.

Ahora bien, el gozo y a la alegría no son suficientes; también necesitamos entendimiento. Por eso, en esta ocasión, vamos a dedicar algunos minutos a explorar el significado de esta ordenanza de Jesús.

Declaración del tema

El tema central de nuestra meditación es que el bautismo es crucial para nuestra formación espiritual. ¿Por qué? Porque es dado que es un mandato u ordenanza de Jesús, por medio de la cual nos acercarnos más a Dios.

Transición

Habiendo hecho esta declaración general, pasemos a considerar tres pregunta específicas sobre el bautismo cristiano: ¿Qué significa el bautismo cristiano? ¿Cuáles con los orígenes de este hermoso ritual? ¿Cuál es la manera correcta de bautizar a un nuevo creyente?

Cuerpo del sermón
A. ¿Qué significa el bautismo cristiano? 
  1. El bautismo cristiano es el ritual por medio del cual una persona afirma su fe en Jesús, como Señor y Salvador, entrado en una relación de pacto con Dios.
  2. Debe quedar claro que las aguas bautismales no confieren fe, dado que no tienen poderes mágicos. El agua de la pila bautismal es agua común y corriente. Lo que la hace especial es la fe del creyente, que entiende el significado del evento.
  3. Al descender a las aguas, el creyente se solidariza con Cristo, evocando su muerte y su resurrección. Así como Jesús murió, fue sepultado debajo de la tierra y después fue resucitado con poder, el creyente muere a la vida vieja, es sepultado de manera simbólica en las aguas y se levanta a una vida nueva en Cristo.
  4. Romanos 6.3-5 (TLA) explica con claridad el significado del bautismo, cuando dice:

Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder. Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida.

5. La Iglesia debe celebrar el bautismo con gozo y con entendimiento, comprendiendo que por medio de este sagrado ritual el ser humano se identifica con la muerte y resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro.

B. ¿Cuáles con los orígenes de este hermoso ritual? 
  1. Los orígenes del bautismo cristiano se remontan a los baños rituales que los judíos celebraban en obediencia a la Ley de Moisés, tal como aparece en libros de Levítico y Números. De acuerdo al orden sacerdotal, el agua se usaba para lavar vestidos, para salpicar objetos que debían ser purificados y para que las personas catalogadas como ritualmente impuras se bañaran.
  2. La tradición farisea desarrolló la práctica de los baños rituales semanales. El viernes en la tarde, en preparación para la observación del descanso sabático, los creyentes se bañaban en un estanque muy particular. Era llamado un “mikveh”, y recogía agua de lluvia por medio de un sistema de canaletas. La persona se bañaba fuera del estanque, usando un poco de agua. Entonces se sumergía en el agua, para quedar purificado.
  3. Las personas no-judías que se convertían al judaísmo eran llamadas “prosélitos”. Estas personas se bautizaban, usando los estanques de agua para la purificación que estaban en el templo, en las sinagogas o en las residencias de personas pudientes.
  4. Juan el Bautista adoptó este ritual de purificación como una señal de arrepentimiento. Juan bautizaba a personas judías, lo que era algo fuera de lo ordinario. Para muchos, la invitación de Juan era una ofensa, porque entendían que sólo las personas no judías debían bautizarse.
  5. Jesús se bautizó, siguiendo las enseñanzas de Juan (Mt. 3.13-17). Después, sus discípulos también se dedicaron a bautizar (Jn. 4.1-3). Finalmente, el Cristo Resucitado le dejó a la Iglesia las instrucciones que hoy conocemos como “La Gran Comisión” (RVR 1960):

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

C. ¿Cuál es la manera correcta de bautizar a un nuevo creyente? 

  1. La palabra española “bautismo” procede del vocablo griego “bapticho”, que literalmente quiere decir “sumergir”, es decir, colocar algo debajo del agua. Esto es congruente con las prácticas judías, donde los creyentes eran sumergidos completamente en el agua.
  2. La Iglesia Primitiva, pues, bautizaba por inmersión, sumergiendo a la gente en agua. Sin embargo, la Iglesia fue muy flexible, permitiendo otros tipos de bautismo, dependiendo de la disponibilidad del agua y de la salud de la persona a ser bautizada.
  3. Un documento muy antiguo, llamado “La Didaché” o “la Instrucción de los Doce Apóstoles” –que forma parte de una prestigiosa colección de escritos cristianos llamada “Los Padres Apostólicos”– contiene las siguientes instrucciones sobre el bautismo en su capítulo VII:

1. En cuanto al bautismo, éste es el modo de bautizar: habiendo previamente dicho todo esto, bautizad en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, en agua viva.
2. Si no tienes agua viva, bautiza en otra agua. Si no puedes en (agua) fría, (bautiza) en caliente.
3. Si, empero, no tienes ni una ni otra, derrama agua sobre la cabeza tres veces en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
4. Antes del bautismo, el que bautiza y el que ha de ser bautizado, ayunen, y asimismo otros que puedan hacerlo. Mandas ayunar al bautizando uno o dos días antes.

Hoy, la Iglesia reconoce tres tipos de bautismo:

  • Bautismo por inmersión, donde el creyente se sumerge completamente en el agua.
  • Bautismo por afusión, donde se derrama agua sobre la cabeza del creyente.
  • Bautismo por aspersión, donde se rocía agua sobre el creyente.

Y el bautismo se hace en dos modalidades:

  • Bautismo de creyentes, dónde sólo se bautizan a personas que confiesan voluntariamente su fe en Cristo Jesús. Por lo regular, se entiende que la “edad de consentimiento” es cerca de los 12 años, dependiendo de la madurez de la persona.
  • Bautismo infantil, donde se bautizan niños y niñas cuyos padres, madres o personas encargadas se comprometen a levantar a sus hijos en la fe de Jesucristo. Por lo regular, los infantes se bautizan por aspersión, aunque la Iglesia Ortodoxa bautiza infantes por inmersión, sumergiéndoles en la pila bautismal.

Conclusión

La Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) bautiza creyentse, personas que han confiesan libre y voluntariamente su fe en Cristo Jesús, Señor nuestro. Eso quiere decir que no bautizamos infantes, sino creyentes que hayan llegado a la edad de consentimiento.

Y nuestra Iglesia bautiza por inmersión, a menos que la persona tenga alguna condición de salud –temporal o crónica– que lo impida. En ese caso, se puede oficiar las otras modalidades del bautismo.

Hoy tenemos el honor de celebrar un acto de bautismo, donde un grupo de personas afirma su fe en Cristo Jesús y su pacto con Dios.

Quiera Dios bendecirles.

Quiera Dios darles crecimiento constante en la fe de Jesucristo.

Y quiera Dios que perseveren en la fe por siempre, para que puedan vivir junto al Dios que vive para siempre, por los siglos de los siglos. AMÉN

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