Ya no vivo yo (Gálatas 2.15-20)

Ya no vivo yo es un sermón expositivo sobre la vida del Apóstol Pablo, basado en Gálatas 2.15-20.

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Introducción: Todos cargamos un pasado. Para algunos es alegre; para otros, doloroso. Pablo no era la excepción: antes de Cristo, como Saulo, persiguió a la Iglesia (Hechos 9.1-5), incluso aprobando el martirio de Esteban (Hechos 8.1-3). Su celo religioso lo llevó a actuar contra el mandamiento “no matarás” (Éxodo 20.13), hasta que Cristo lo confrontó en el camino a Damasco.

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Punto central: Pablo reconoció su error: “Estaba equivocado”. Su encuentro con Jesús lo transformó, llevándolo a declarar: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gálatas 2.20). Usando el término “sunestauromai” (concrucificado), Pablo describe su muerte al pasado y su renacimiento en Cristo. La idea central de este sermón es: Dios ofrece una nueva vida, liberándonos de un pasado de culpa y dolor (Gálatas 2.15-20).

El pasado de Pablo: Antes de su encuentro con Cristo, Pablo (entonces Saulo) perseguía violentamente a los cristianos, incluso participando en el martirio de Esteban (Hechos 8.1-3). Como fariseo celoso, creía estar sirviendo a Dios, pero su encuentro con Jesús en el camino a Damasco (Hechos 9) lo hizo ver su error. Comprendió que había vivido equivocado, usando la religión para justificar la violencia.

Transformación: Tras su conversión, Pablo experimentó una muerte simbólica a su pasado. En Gálatas 2.19-20, declara: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. Esta “concrucifixión” representa su renuncia a su antigua vida y su nueva identidad en Cristo.

Conclusión: Si tu pasado te condena, la solución es morir a él y nacer de nuevo en Cristo. Hoy puedes decir como Pablo: “Ya no vivo yo”, y comenzar una vida transformada por su gracia.

Ya no vivo yo
Gálatas 2.20
Sermones sobre las Epístolas Paulinas
Sermones sobre las Epístolas Paulinas.
Gálatas 2.20
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Un solo Evangelio (Gálatas 1.6-9)

Un sermón expositivo sobre Gálatas 1.6-9.

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Para decir adios (Filipenses 1.12-30)

Un sermón expositivo sobre Filipenses 1.12-30.

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Filipenses 1.21
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¿Qué es el Evangelio?

El evangelio es el anuncio de la buena noticia de que Dios desea salvar a la humanidad del pecado y de sus consecuencias.

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La Iglesia de Jesucristo tiene dos propósitos principales. El primero es adorar a Dios, honrándole en todas nuestras acciones y relaciones. La adoración nos conecta con Dios y nos permite colocar la vida en la perspectiva correcta. El ser humano que no adora, no cultiva su espiritualidad y, por lo tanto, no puede alcanzar una vida plena. Para poder ser verdaderamente humano, hay que buscar, sostener y desarrollar una relación con Dios.

El segundo propósito de la Iglesia cristiana es predicar el mensaje del Evangelio de Jesucristo. Por eso, en el mundo de habla hispana las iglesias protestantes de conocen como “evangélicas”, ya que su actividad principal es proclamar el mensaje del Evangelio de Jesucristo.

Ahora bien, ¿qué es el Evangelio? ¿Qué quiere decir esta palabra tan importante para la iglesia? ¿Cuál debe ser la respuesta de la humanidad al Evangelio de Jesucristo?

El Evangelio es anuncio de la buena noticia que Dios desea transmitir al ser humano; la buena noticia de que Dios desea acercarse a la humanidad para salvarla del pecado y de sus consecuencias, para que pueda alcanzar la salvación.

El Evangelio es la buena noticia de que Dios se ha acercado a la humanidad por medio del ministerio de Jesús de Nazaret. La iglesia entiende que Dios se ha revelado en las acciones, las palabras y las enseñanzas de Jesús. También se ha revelado en su vida, tanto en su nacimiento como en su muerte. Jesús es, pues, el rostro humano de Dios, quien nos revela el carácter de Dios y quien nos llama a vivir en relación con Dios.

En Marcos 1:14-15 Jesús afirma que la buena noticia consiste en que el “reino de Dios” se ha acercado a la humanidad.

14 Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el Evangelio del reino de Dios, 15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el Evangelio.

El reino de Dios es el gobierno de Dios sobre el mundo. Este reino de Dios se opone a todos los reinos humanos, particularmente contra aquellos que explotan, matan y destruyen al pueblo.

Queda claro, pues, que el anuncio del Evangelio siempre llama al ser humano a tomar una decisión. Usted y yo tenemos que escoger a cual reino habremos de dar nuestra lealtad. Podemos darle nuestra libertad a los reinos de este mundo, que son gobernados por los seres humanos pecadores que se dejan llevar por su propios malos deseos. O, por el contrario, podemos depositar nuestra fe y confianza en el reino de Dios. El reino de Dios nos lleva a vivir de acuerdo a los valores divinos; nos invita a crecer en la fe imitando el carácter de Dios.

Cuando una persona comprende y acepta el mensaje del Evangelio de Jesucristo, comienza una relación con Dios. La persona que acepta a Jesucristo como Señor y salvador, pasa a formar parte del pueblo de Dios. Además, comienza a vivir en el poder del Espíritu Santo, el consejero enviado por Dios par acompañar pastoralmente a las personas que confiesan tener fe y confianza en la persona y la obra de Jesucristo.

Dios ya ha dado el primer paso en beneficio de la humanidad. Dios ya ha dado el primer paso para acercarse a usted, para bendecirle y para salvarle. Lo que resta es que usted se acerque a Dios.

Nos toca a nosotros, a usted y a mi, tomar una clara decisión de fe. Demuestre su fe y su confianza en Dios haciendo una oración que exprese su fe en Jesucristo. Repita esta oración de fe conmigo:

OREMOS: Dios bueno, te doy gracias por el mensaje del Evangelio, que has revelado por medio de Jesucristo. Yo me arrepiento de mis pecados y pido tu perdón. Yo confieso a Jesucristo como Señor y Salvador. Cúbreme con la sangre de Jesucristo. Sálvame del pecado y úsame para bendecir a los demás. En el nombre de Jesús. AMÉN.

El evangelio
evangelio
salvación
qué es el evangelio
qué significa la palabra evangelio

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El fruto del Espíritu (Gálatas 5)

El fruto del Espíritu: Un sermón temático-doctrinal, basado en Gálatas 5:22-23. Note que la palabra “fruto” es un término colectivo. Por lo tanto, hablar del “fruto” o de los “frutos” es prácticamente lo mismo. 

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Teología de la predicación

Resumen de una conferencia sobre la teología de la predicación cristiana. 

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Dr. Pablo A. Jiménez
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Nuevos horizontes en la predicación

Una conferencia introductoria al tema de la predicación avanzada, basada en el libro La Predicación en el Siglo XXI. 

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La presentación o entrega del sermón

Entrega del sermón es una conferencia del drpablojimenez que ofrece consejos prácticos sobre la presentación o “entrega” del sermón.

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En estas conferencias, el Dr. Pablo A. Jiménez presenta una guía práctica que recalca la importancia de la presentación del sermón como el acto culminante del proceso homilético. Partiendo de la premisa de que el sermón es un evento espiritual que impacta vidas, la conferencia ofrece consejos claros y aplicables para quienes predican la Palabra de Dios.

La presentación se divide en dos secciones: primero, una serie de recomendaciones prácticas para presentar el sermón de forma eficaz, y segundo, criterios para evaluar la presentación del sermón.

Entre los consejos destacan: mantener altas expectativas sobre el impacto del mensaje, prepararse física, emocional y espiritualmente, y cuidar la actitud al llegar al templo, especialmente si se es predicador visitante. Durante el culto, se enfatiza la importancia de enfocarse en la adoración, cuidar la voz, y evitar distracciones como repasar notas o cantar excesivamente fuerte.

Al predicar, se recomienda usar un tono de voz natural, controlar la respiración, evitar muletillas, y mantener contacto visual con toda la congregación. También se discuten aspectos clave como el manejo del micrófono, la postura corporal, los gestos, y la creación de un ambiente propicio para recibir el mensaje. Se subraya que la coherencia entre palabras y lenguaje corporal es esencial para evitar “ruidos” que distraigan.

Después del culto, el predicador debe saludar a la congregación, recibir comentarios con humildad, y cuidar de no opacar al pastor local. Todo esto apunta a una ética del servicio centrada en el respeto, la humildad y la edificación del cuerpo de Cristo.

Este recurso es parte del esfuerzo del Dr. Jiménez por formar predicadores y predicadoras hispanos con excelencia pastoral. Le invitamos a continuar explorando www.drpablojimenez.com para acceder a más materiales gratuitos sobre el arte cristiano de la predicación.


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Presentación electrónica:

Entrega del sermón
La entrega del sermón
La presentación del sermón
La entrega del sermón
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¿Por qué Jesús es el salvador del mundo?

“¿Por qué Jesús es el salvador del mundo?” es un breve ensayo sobre cristología y soteriología escrito por el Dr. Jiménez.

Romanos 1:16-17 define el evangelio como la manifestación del poder de Dios para la salvación de todas las personas que creen en él. De este modo, la Biblia afirma que Jesucristo es nuestro salvador; es el redentor de nuestros pecados, por medio del cual podemos establecer una relación con Dios.

Ahora bien, la pregunta que se impone es sencilla: ¿Por qué Jesucristo es el salvador del mundo?

Desde sus primeras páginas, la Biblia declara la intención de Dios para la humanidad. Dios crea el ser humano para que disfrute la vida a plenitud. Eso lo vemos con claridad en Génesis 1:28, donde Dios bendice a la humanidad y le da autoridad para administrar la creación.

Génesis 2 es mas claro, afirmando que Dios creó las relaciones de pareja para procurar que el ser humano tenga compañía y disfrute de su sexualidad. Eso lo vemos en Génesis 2:18, donde Dios dice que no es bueno que el hombre esté solo, y en 2:24, que dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”

También podemos ver las buenas intenciones de Dios en Génesis 3, donde el ser humano cae en pecado. La primera pareja, que nos representa a todos nosotros, decide violar los mandamientos divinos con tal de ser “como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Gen. 3:5). Después de este acto, Dios va en busca de ser humano y le pregunta “¿Dónde estás tú? (Gen. 3:9).

Así vemos que Dios no desecha a la humanidad pecadora. Por el contrario, Dios busca a la humanidad perdida con el propósito de bendecirla y restaurarla. Podemos ver estas buenas intenciones divinas en la historia de Israel, particularmente en episodios tales como el llamamiento de Abraham, la donación de la ley y la proclamación de los profetas.

En cierto modo, Jeremías 29:11 al 14 resume las intenciones de Dios para con la humanidad, cuando dice:

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os hice llevar. 

Con el tiempo, el pueblo de Israel desarrolló una religión basada en las enseñanzas de la ley de Moisés y en la proclamación de los profetas de Israel y Judá. Empero, esa religión no era monolítica. Para el tiempo de Jesús, el judaísmo estaba dividido en distintos grupos que sostenían doctrinas diversas y, en ocasiones, hasta contradictorias.

El judaísmo normativo estaba dominado por dos grupos. Primero, encontramos a los saduceos, quienes eran los custodios del sistema sacerdotal. Los saduceos dominaban el sumo sacerdocio, el templo de Jerusalén y todo el aparato cúltico de Judá. Llevaban a cabo sacrificios de animales y otros rituales que procuraban la comunión entre Dios y la humanidad.

Segundo, estaban los fariseos, quienes dominaban las sinagogas. Afirmaban la importancia de la palabra de Dios, estudiando las sagradas escrituras y las interpretaciones bíblicas de los rabinos. Procuraban la comunión con Dios por medio del estudio bíblico y trataban de cumplir las 633 leyes que los rabinos afirmaban se encontraban en la Biblia Hebrea.

Además del judaísmo normativo, encontramos otros grupos judíos que no se conformaban a las enseñanzas saduceas ni a las fariseas. Me refiero a grupos como los esenios de Qumram, un grupo que acusaba al judaísmo normativo de corrupción y colaboración con el Imperio Romano; los judíos alejandrinos, ejemplificados por Filón de Alejandría, que buscaban armonizar las enseñanzas bíblicas con la filosofía griega; y otros grupos revolucionarios que deseaban liberar al pueblo de Israel por medio de la lucha armada.

Empero, ninguno de estos grupos cumplía a plenitud con la visión profética de Isaías, de Jeremías y de Ezequiel. A pesar de tener líderes religiosos, la masa del pueblo esperaba la llegada de un “Mesías”, de decir, de un líder ungido por Dios de manera especial para cumplir las profecías de liberación, expresadas en textos tales como:

  • Isaías 42:6-7: “Yo, Jehová, te he llamado en justicia y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos y de casas de prisión a los que moran en tinieblas.”
  • Jeremías 31:31 & 33: “Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá” & “Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
  • Ezequiel 36:26-27: “Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra.”

El Apóstol Pablo, quien había sido un rabino fariseo, tiene un encuentro sobrenatural con Jesús y comprende que el Maestro Galileo era el Mesías enviado por Dios en cumplimiento de las profecías de la Biblia Hebrea (Véase Hch. 9, entre otros pasaje bíblicos pertinentes).

En Romanos 3, Pablo ataca los postulados de la teología farisea, afirmando que “por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de” Dios (3:20). Es decir, el otrora rabino fariseo ahora reconoce que la obediencia a la ley y el esfuerzo ético-moral no es suficiente transformar el corazón humano. Para cambia algo hace falta poder y para cambiar el corazón humano hace falta poder de el Dios que viene por medio del evangelio de Jesucristo.

Jesucristo es la manifestación de la justicia de Dios en el mundo. Es el mediador del nuevo pacto prometido por Isaías, Jeremías y Ezequiel. Por medio de la obra de Jesucristo, podemos superar las consecuencias del pecado que nos ha separado de Dios.

Esta es la buena noticia del evangelio: Dios nos declara justos por medio de la obra de Jesucristo, quien dio su vida para que ustedes y yo alcanzáramos salvación. Jesucristo es el “redentor”, es decir, es quien paga la deuda que teníamos con Dios y con la humanidad. Jesucristo es, pues, nuestro salvador.

¿Quién es Jesús? Jesús es:

  • El Mesías
  • El Cristo
  • El Siervo Sufriente
  • El Salvador
  • El Redentor
  • Quien manifiesta justicia de Dios
  • Nuestro Señor

Por lo tanto, concluimos afirmando que Dios ha cumplido su intención de salvar a la humanidad por medio de la obra redentora de Jesucristo. Jesucristo es el salvador enviado por Dios para salvar a toda la humanidad.

Por qué Jesús es el salvador del mundo
Salvador del mundo

El Rev. Dr. Pablo A. Jiménez se reserva todos los derechos de publicación de estos materiales. Queda prohibida cualquier forma de reproducción total o parcial, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sin la debida autorización del autor. Para solicitar los permisos correspondientes, contacte al autor.

Use el siguiente formato para citar este artículo:

Pablo A. Jiménez, “¿Por qué Jesús es el salvador del mundo?”, DrPabloJimenez.com. Accedido el ** de ** de 20**. Disponible en: https://www.drpablojimenez.com/2016/03/31/por-que-jesus-es-el-salvador-del-mundo/

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El Sermón de las Siete Palabras

Adquiera el libro del Dr. Jiménez sobre Las Siete Palabras.

Las Siete Palabras: Introducción

Primera de las Siete Palabras: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen

Segunda de las Siete Palabras: Hoy estarás conmigo en el paraíso

Tercera de las Siete Palabras: Mujer, he ahí tu hijo

Cuarta de las Siete Palabras: ¿Por qué me has desamparado?

Quinta de las Siete Palabras: ¡Tengo sed!

Sexta de las Siete Palabras: ¡Consumado es!

Séptima de las Siete Palabras: En tus manos encomiendo tu espíritu

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